Pioneros: próximo paso

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Invertir en la higiene y salud de los niños y adolescentes es una inversión que proporcionará beneficios tanto a corto como a largo plazo. Como los niños son particularmente vulnerables a las infecciones, las buenas rutinas de higiene son un recurso preventivo importante para garantizar niños sanos aquí y ahora, pero también establece una base para sus vidas futuras. Para establecer hábitos saludables, los niños deben tener contacto con temas de higiene y salud desde una edad temprana y en todas las esferas de sus vidas. Todos los adultos cumplen un papel importante aquí, ya sean padres, maestros u otros miembros de la comunidad. Para llegar a los niños, es importante que los adultos entiendan el vínculo entre higiene y salud, y cuenten con los recursos para involucrar a los niños de una manera lúdica.

Cuánto más temprano se traten los temas de higiene y salud, mejor. Esto es particularmente cierto para las preguntas relacionadas con la pubertad y la menstruación. Una gran cantidad de niñas experimentan su primer período como un acontecimiento traumático, que no solo es aterrador, sino que también puede derivar en la exclusión social. La información a tiempo es esencial para que las niñas comprendan lo que están atravesando y tengan los medios para manejar su menstruación.

Hoy sabemos lo que se necesita para garantizar que todos los jóvenes tengan los medios para mantenerse sanos. Para lograr estos objetivos se necesita un abordaje amplio en el que todos los actores se unan para impulsar el progreso.

Propuesta de acción:

  • Hacer que las instalaciones de acceso al agua limpia y saneamiento sean una prioridad. Todos los niños y adolescentes necesitan acceso a agua potable y a instalaciones sanitarias seguras, ya sea en casa, en la escuela o en la comunidad. Es particularmente importante que las niñas tengan acceso a instalaciones de higiene separadas por género donde se sientan seguras y sean capaces de manejar su menstruación.
  • Promover conocimiento, actitudes y prácticas a través de herramientas de políticas públicas. Padres, maestros y la comunidad en general deben recibir los recursos (conocimiento y tiempo) y los elementos para practicar hábitos de higiene seguros y enseñar a sus hijos acerca de cómo hacer lo mismo a una edad temprana.
  • Poner a la higiene como prioridad en la escuela y en otros lugares donde haya niños. Todos los preescolares, escuelas y otros lugares donde los niños estén presentes deben contar con las instalaciones y las capacitaciones necesarias para practicar una buena higiene, como el lavado de manos. Los temas relacionados con la higiene y la salud deben incluirse en los programas de estudio y la causa de fondo de los índices de ausentismo se deben seguir de cerca.